lunes, 1 de marzo de 2021

La casa del Marqués

Murcia, 1908
El fotógrafo anónimo ha decidido dar un paseo por la ciudad en busca de una buena vista del nuevo parque que se asoma a la orilla del río Segura. El parque recibe el nombre de Ruiz Hidalgo en correspondencia a los apellidos de quien ha impulsado y rematado, al fin, tan notable proyecto. 
Los jóvenes árboles delatan que el gran jardín hace poco que ha sido inaugurado. Los troncos delgados y su escasa fronda permiten tener un panorama despejado. Entretanto, tartanas y cabriolés ruedan mansos por la gran avenida de tierra que bordea el cauce del río, y los peatones se saludan mientras pasean en pequeños grupos.

⏤«Adiós, don Luís y compaña». ⏤dice don Ramón con amplia sonrisa, dejando vislumbrar sus marfiles apretados.
⏤«Que tengan ustedes buena tarde, don Ramón y familia». ⏤responde don Luís, mientras pellizca levemente el ala de su canotier.

El desconocido fotógrafo lleva colgada del cuello una correa con un estuche de cuero de donde extrae una pequeña cámara de fuelle que ha podido comprar en su último viaje a Madrid. Apostado junto la barandilla del nuevo puente cuya estructura se eleva sobre el parque, puede disfrutar de una bella panorámica. Además, desde allí puede contemplar, al fondo, la casa-torre que tan bien conoce y que se alza a la otra orilla del río: la de su buen amigo D. Pedro Pagán, quien fue alcalde de Murcia durante breve tiempo en el azaroso año de 1874. Regalarle a don Pedro una fotografía con el nuevo parque al que se asoma de forma privilegiada su casa, justifica de sobra fotografiar el paisaje que tiene ante él.



1- Punto de vista del fotógrafo anónimo (ca. 1908). 2- Punto de vista de Juan Ballester (1974)

Murcia, 1974
Juan, un joven aficionado a la fotografía, desde un lugar distinto pero en la misma línea que hay entre la casa del Marqués y la posición desde la que el primer fotógrafo hizo su disparo, decide, como por una rara casualidad, hacer una foto con su nueva cámara, coincidiendo extrañamente su imagen con la de alguien que sesenta años atrás había tenido una misma visión del paisaje que, aunque ha cambiado notablemente, la presencia de la casa del Marqués, como si de una atalaya se tratase, preside ambas fotografías. El parque ya no existe desde hace apenas unos 20 años, pero el relleno de tierra que se hizo sobre él, posibilita al joven fotógrafo tener un punto de mira similar que el del anónimo fotógrafo.
¿Será que un mismo tema puede producir un sentimiento parecido a dos personas tan alejadas en el tiempo? Sin duda. La visión de la casa del Marqués provocó una atención especial en los dos fotógrafos: el mismo ángulo, la misma luz... Pero esta cosa que puede parecer casual, no lo es. Hay gente que tiene la vista más fina, que es capaz de aclarar el paisaje entre tanto ruido y advertir aquello que para gran parte de la gente pasa inadvertido. 

Fotos: Juan J. Ballester y fotógrafo anónimo

E.L.
Murcia, 1 marzo 2021