En mi incesante peregrinaje por tabernas y bares de Murcia y alrededores, encuentro algunos adornados con los típicos azulejos que cuelgan de las paredes, cuyas leyendas y refranes populares no son, en general, de mi aprecio por encontrar sus textos zafios, manidos y desatinados; pero hete aquí que tropiezo con este que encontré gracioso por su tosco e ingenuo dibujo que, acompañado por una ingeniosa sentencia, provocó en mí una prolongada sonrisa, aunque, claro, no sé si ayudado por los chatos de vino que ya me acompañaban.
Juzguen ustedes mismos:
"Así murió Ceferino por beber agua en vez de vino" ¡Pobre Ceferino! (Bodega Teodoro, feb. 2017) |
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